Ellas son asiduas visitantes muy peculiares de las playas de Nuevo Vallarta en el corazón de la Riviera Nayarit, una de las dos sedes del Tianguis Turístico 2012. Son las tortugas marinas golfinas que increíblemente han convertido a este lugar —pese al desarrollo del complejo turístico— en uno de los principales santuarios de anidación de la especie en el Pacífico mexicano.
De acuerdo con datos del Programa Nacional de Conservación de Tortugas Marinas de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp) durante 2010 se registraron 51 mil nidadas de tortuga golfina en el Pacífico mexicano, de las cuales unas seis mil sucedieron en los 12 kilómetros de playas de Nuevo Vallarta.
“La golfina, que desova durante la noche, se ha adaptado a las luces de los grandes hoteles, a los camastros y sombrillas que invaden sus espacios de anidación, pero sobre todo a los turistas nacionales y extranjeros que presencian el rito de la postura de huevos de estos hermosos reptiles”, dice a EL UNIVERSAL Miguel Ángel Flores Peregrina, coordinador de los campamentos tortugueros de la Conanp en el estado de Nayarit.
Empresarios turísticos de la zona apoyan al programa de preservación de la tortuga marina con recursos humanos y materiales.
Los guardias de seguridad de los grandes hoteles y exclusivos condominios colaboran con los inspectores y voluntarios de la Comisión Nacional de Áreas Naturales, detectando el arribo de cada tortuga (hasta 70 por noche en temporada alta) para poder rescatar de los nidos de entre 80 y 100 huevos en cada uno, que son trasladados a corrales preparados para su protección.
La liberación, un espectáculo
Tras 45 días de incubación, las crías de la tortuga golfina son liberadas al mar y algunas camadas se reservan para que los turistas las suelten todos los días a las 20:00 horas en un evento especial bajo la supervisión del personal del campamento.
Durante la temporada 2009-2010, fueron liberadas en Nuevo Vallarta más de 350 mil crías de tortuga golfina, todo un récord en este litoral.
La golfina (lepidochelys olivácea) es la especie más abundante en México y el mundo, y es la que mejor se ha recuperado de la depredación humana en las costas mexicanas.
“Todavía tenemos problemas de saqueos de nidos, pero cada vez es menor, aunque esta temporada no contamos con el apoyo de la Secretaría de Marina por la inseguridad en el estado”, agrega Flores Peregrina.
Marca distintiva
Aunque prácticamente llegan todo el año, durante los meses de agosto y septiembre es la arribazón más importante de golfinas.
En la entidad hay otros cuatro sitios de anidación —San Pancho, El Naranjo, Platanitos y Los Corchos— que junto a Nuevo Vallarta reportan anualmente más de 10 mil anidaciones de la especie, situación que explica por qué el elemento gráfico más importante de la marca Riviera Nayarit es precisamente una tortuga golfina.
“Camila” logra anidar
De pronto aparece una tortuga marina de entre las olas dejando su particular rastro en la arena y camina lentamente hacia las luces de los jardines y albercas de uno de los hoteles de gran turismo en Nuevo Vallarta.
Es la medianoche y Camila —así la llamó una turista— recorre el área de camastros y sombrillas de palma que a esa hora luce desierta.
Busca un sitio con la temperatura adecuada para dejar su preciada carga. Se topa con una banqueta de cemento y retrocede hacia la arena.
Luego de tres intentos cava su nido con las aletas traseras hasta una profundidad de 40 centímetros.
Más turistas se congregan y el personal de la Conanp impide que se le acerquen demasiado a la tortuga para que no la vayan a estresar.
Cuando Camila comienza a desovar entra en una especie de trance, lanzando gemidos y en ese momento nada a su alrededor la altera o distrae. Es entonces cuando se puede filmar y fotografiar. Aun y cuando un voluntario de la Conanp retiró los huevos mientras eran depositados, la golfina no lo percibe y enseguida cubre el nido como si danzara, apisonando la arena.
Camila puso 92 huevos; lo que se considera una buena nidada. Unas semanas más las crías nacerán y se irán al océano.
Con suerte, cuando alcance la edad adulta, al menos una de ellas regresará dentro de ocho años a las playas de la Riviera Nayarit.
Artículo en: El universal
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