Entre 15.000 y 25.000 tortugas se capturan accidentalmente por la palangre anualmente en las costas nacionales (España). «Esta técnica de pesca está considerada como un factor significativo que contribuye al declive de la poblaciones de tortugas marinas. Pero esta cifra se multiplica si se tienen en cuenta el impacto que suponen acciones que se enmarcan en el turismo, acciones que finalizan en pérdidas de playas, la contaminación o el consumo de carne y huevos.
En lo que se refiere a la pesca accidental, perjudica al medio marino, pero también a los pescadores, tanto por las pérdidas económicas que les supone, así como de tiempo que esta especie no deseada genera y de daños físicos que puede ocasionar la manipulación del animal para su rescate.
Sólo hay cifras de tortugas que se capturan, pero son aproximadas. No obstante, como indica Ricardo Sagarminaga, «muchos de los animales vuelven al mar pero el daño sufrido no les permite sobrevivir». Además, quedan sin contabilizar otras variables como, por ejemplo, las tortugas que han sido capturadas en varias ocasiones.
Para reducir las capturas accidentales, están desarrollando diferentes medidas. La intención el conseguir que se reduzcan estas capturas «entre un 80 y un 90%». Un éxito para la reserva, pero también para los profesionales que se dedican a la pesca. Todos ganan con el trabajo que desarrollan los investigadores dedicados a conservar las reservas marinas, en este caso provincial, de Almería.
A bordo del velero Toftevaag, se inició en 2004 el marcaje de tortugas bobas por medio de transmisores vía satélite. De esta forma, pudieron conocer al detalle los movimientos que realizan estos animales. Cabe destacar que los datos que les aportó la ejecución de este proyecto, fue de gran utilidad para la solución de problemas ocasionados por la captura accidental. Así, advirtieron que recorren el Mediterráneo y el Atlántico como si fuese una piscina, entre otras curiosidades. Es tan sólo una de los métodos avanzados de estudio que utilizan para progresar en los estudios que desarrollan. Al igual que en tortugas, proyectan acciones de investigación sobre la población de cetáceos que se encuentran en las reservas.
Artículo en: Ideal
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